Diciembre es un mes tradicionalmente rico en eventos y ferias dedicadas a la trufa negra de invierno que gozan de una gran afluencia de público y de ventas.
Como novedad absoluta de este año y por primera vez en el mundo de la trufa española, Soria ha dado el pistoletazo de salida a la temporada celebrando, los pasados días 4 y 5, el 1er Concurso Internacional “Cocinando con Trufa”.
Cocineros y expertos de 24 nacionalidades distintas han participado en este evento gastronómico poniéndose a prueba para elaborar las mejores recetas con este preciado hongo. El primer clasificado, Marco Acquaroli y Giorgia Loda de Italia, ha sido declarado ‘Campeón Mundial de Cocina con Trufa’ 2017.
La Feria Monográfica de la Trufa en Sarrión, del 8 al 10 de diciembre, es la segunda de la lista mientras el fin de semana siguiente, los días 16 y 17 de diciembre, dos ferias se “contienden la plaza”: la Fira de la Tòfona de Centelles en Cataluña y la Feria de la trufa de Navarra en Orisoaín.
No hay que olvidar el Mercado tradicional de Vic, cada sábado en la Plaza Mayor donde, entre otras exquisiteces, podremos comprar trufa directamente de los truferos de la zona; el Mercado de la Trufa Fresca de Graus, dedicado exclusivamente a la venta y degustación de este producto, este año abrirá sus puertas el sábado 16 de diciembre y hasta el 10 o 16 de marzo 2018, en función de si hay o no producto.
La temporada de la trufa negra en España según el calendario oficial ya ha comenzado pero, como siempre, la climatología es un factor que determina la cantidad de extracción y la calidad de este manjar. Este año, debido al calor y a la falta de lluvias, la producción se ve mermada y va con bastante retraso, sin perjuicio de su calidad.
Por ello, los restaurantes que proponen menús trufados están un poco preocupados por los precios, ya que la escasez siempre influye en la compra y por consiguiente repercute al consumidor final.
De todas formas, si en lugar de utilizar trufa fresca compramos algún producto de calidad elaborado con trufa blanca o negra, aunque esto no guste mucho a los puristas, podremos dar un toque diferente y especial a alguno de nuestros platos.
Así que los apasionados gourmet que se acercaran a alguna de estas ferias y mercados en busca de alguna pepita de oro negro para enriquecer el menú de las fiestas, seguramente la encontraran pero, como siempre aconsejo: ¡“ojo a no pagar gato por liebre”!
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